lunes, 27 de julio de 2009

Esas hierbas endemoniadas

Hoy me encuentro aquí dispuesto a escribir sobre unas hierbas endemoniadas que me dieron una tarde tanto agradable como desastrosa.Comenzaré por como inicié toda esta travesía.Nos encontramos en la posición de la obra Nazarí,en la cual se reparten los trabajos,esta tarde tocaba a mi grupo,limpiar la futura zona de herrería,la cual estaba totalmente infectada de esas dichosas jérgenes las cuales me dieron dolores al rededor del cuerpo,claro está,que luego dejaban esa sensación en el brazo a escozor.Bien me concentro,estaba yo con la herramienta de cortar [Tijeras] junto con mi compañero Javier.Teníamos que cortar las jérgenes sin dañar al arbolillo protegido por la ley [Menuda locura,Dios,para que esas inutilidades de hierbajos con pinchos]Fijate la de acrobacias y maniobras que había que realizar,eso claro,si la rama no era de metal comparado con las tijeras.Entre que mi compañero estaba semi/zombie y que yo no podía con las tijeras,nos llevamos más de un jérgue-punch.
Medio desangrados y tras conseguir librar a ese pequeño arbolillo que no le veo nada especial procedimos a mantener un rastrillo [Más bien yo] y a peinar el suelo y la hierba,para acto seguido...¡Clavar y destrozar esa maldita melena!
Cansado y sin una sola gota de agua desde la salida,nos encontramos con que la garrafa esta vacía...Válgame Dios.Junto con más personas [Marina,Silvia,Paco,Hamza (creo) y más gente que como no estaban a mi lado ayudando,no recuerdo]Topamos con una piedra gigante que pensabamos que era enana,y acabó en algo gigante que no podíamos...¡Menuda locura!Mientras que Marina estaba aserrando los arboles,Silvia me ayudaba a terminar con el infierno amarillo,y Hamza usaba su ``Potencia Amerrrricana´´ para exterminar con todo,ya fuera una inocente persona o las plantas que se interponian en su camino.
Esa zona acabó liquidada en comparación con la jungla anterior,ahora podemos caminar sin clavarnos una infinidad de jérgenes.Es bonito ver como aun en los últimos momentos seguiamos imparables,aniquilandolo todo,con las fuerzas últimas,y con alguna persona roncando por allá...
Es bueno saber que lo hicimos bien y rápido,como debería ser.
Nunca podrán parar esta marea incesable.esta emoción ante el trabajo,esos vitoreos inexistentes para agarrar las herramientas y currar como posesos.
Somos obreros Nazaríes y estamos para terminar el objetivo encomendado.
Aquí Ian Rio Oliva,informando junto con Marina Pavón Castillejo de las aventuras acaecidas aquel día en el que acabamos llenos de agujetas y con multitud de arañazos...¡Groar! ^_^

1 comentario:

  1. estoy de acuerdo con todo,esas hierbas pinchaban demasiado

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