ECUADOR

El miércoles quince de julio recibo una alegre llamada de Ani la cual me propone ir quince días de voluntaria a un campo de trabajo, y yo me pregunto y ¿que es eso?, pero pronto lo conocí. El viernes de esa semana llegamos a Cortes y conocí a Carlos, una bella persona, a Virginia una chica encantadora, a Elena una joven fantástica y a Kike un buen chico. Conocemos la Fresneda la cual me ha dejado impresionada por el trabajo realizado por la escuela taller.

Así que el lunes hice la maleta, y partí mi marcha hacia Ronda donde conocí a mis otras compañeras de trabajo, Maite una chica estupenda, Gema una joven bien alegre y África una chica fascinante, y me preparé para trabajar mucho, y para esforzarme todo lo posible, estaba muy entusiasmada, pero a la vez con mucho miedo porque no sabía como iba a salir todo y quería saber a lo que me enfrentaba en realidad.

Nunca pensé que un campo de trabajo fuera así, que estas en verano trabajando en el campo y te lo estás pasando en grande, te estás divirtiendo, trabajando estás compartiendo experiencias, vives muy buenos momentos, conocemos a gente. Y no solo en el campo sino en los talleres artesanales, en las noches tan entretenidas e interesante, en los baños de la piscina, en el mesón,… tantos y tantos lugares.

Estoy muy satisfecha de está viviendo y compartiendo esta experiencia inolvidable. Y aunque parece que nos queda mucho por terminar, el fin está “a la vuelta de la esquina”, y todo lo rápido que ha pasado este tiempo atrás mas rápido se va lo que viene. Así que todos/as tenemos que aprovechar lo que nos queda.

Isabel