Despues de una noche de bailes y risas, nos despertamos a las siete y cinco de la mañana. Siempre la misma cara de sueño en el desayuno, pero siempre las mismas ganas de empezar los talleres artesanales. Terminamos de desayunar y nos montamos en las furgonetas camino de la Fresneda. Los grupos del dia anterior rotan y se cambian de taller. Los que estuvieron en forja, pasan a carpinteria, los que estuvieron en carpinteria, a cerámica, y los de cerámica a forja. Llegamos al taller sobre las ocho y cuarto y nos presentamos. Todos un poco timidos por no conocerse, pero al cabo de un rato se empieza coger confianza.
Nuestro trabajo consistió en hacer un quinquel y un almocafre, ambos siguiendo modelos de la epoca nazari. Al acabarlos los participantes tuvieron la oportunidad de hacer cualquier otra cosa con el metal. Se hicieron chapas de identificacion, como las del ejercito, y tambien pulseras. Al final del taller, todos se conocian y se llevaban bien.
A la una y media de la tarde saliamos de la finca La Fresneda y nos poniamos rumbo al albergue, a asearnos y cambiarnos de ropa. Despues de este breve aseo, fuimos al Restaurante Los Alcornocales y comimos un buen plato de arroz a la cubana seguido de pez espada con patatas asadas y de postre plátano con chocolate.
Publicado por: Enrique Campos
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